miércoles, 24 de febrero de 2010

Ayudas ergogénicas y doping


El tema de ayudas ergogénicas y doping resulta muy delicado y de gran importancia en esta época en la que el doping se ha convertido el “cáncer” del deporte que amenaza con terminar con el juego limpio y la honestidad tan características de la práctica físico-deportiva. Un atleta de alto rendimiento puede necesitar ingerir ciertos nutrimentos que no pueda obtener por medio de la ingesta diaria de comida. Sin embargo, esta ingesta no debe sobrepasar las vitaminas y minerales básicos para el buen funcionamiento del organismo.
Desde mi punto de vista, el consumir sustancias ajenas para mejorar el rendimiento de los deportistas no es justificable si no es un producto que va dirigido a mantener la salud del deportista o una ayuda ergogénica que prevenga la anemia o deficiencia de determinadas vitaminas básicas para el buen funcionamiento del cuerpo. Así mismo, el que una sustancia sea “natural” no garantiza nada ya que la marihuana es natural al igual que la cocaína y otras sustancias de origen natural que provocan adicción y daños irreversibles para la salud.
En el caso de que resultara necesario para una persona tomar una sustancia ajena para mejorar el rendimiento en un entrenamiento o una competencia, creo que la única vía ética desde mi perspectiva sería consumir café o ácido acetil salicílico (para la activación del sistema nervioso y vasodilatación y para adelgazar la sangre, respectivamente) aunque en lo personal yo optaría por conseguir este estado de alerta con ejercicios psicológicos o activación muscular por medio de ejercicios y saltos previos al entrenamiento o competencia.
Al igual que para conseguir un estado de activación óptimo para una competencia o entrenamiento, creo que para conseguir el efecto contrario tampoco conviene ingerir sustancias tranquilizantes ya que los ejercicios de respiraciones y relajación por medio de la vía psicológica pueden cumplir este objetivo fácilmente de manera independiente.
Por otro lado, estoy completamente en contra del dopaje en el deporte ya que es una falta ética que automáticamente esfuma los valores que el deporte trae y convierte la competencia deportiva en una guerra sucia. En el caso de que se debiera consumir una sustancia prohibida para asegurar la recuperación óptima de una lesión o de una situación que amenaza la vida del deportista, se debe hacer con la conciencia de que el atleta no podrá competir durante el periodo de recuperación y deberá informar a la WADA (World Anti-doping Agency) sobre los sucesos debidamente justificados.
Los casos más sonados de dopaje en el triatlón de los últimos años están encabezados por la expulsión de Dimitri Gaag, el kazajo que fue suspendido antes de los Juegos Olímpicos de Beijing y que fue obligado a regresar el dinero con el que fue premiado en la copa mundial de Tiszaujvaros. Utilizó EPO. Por otro lado, la campeona nacional rusa, Olga Selekhova fue supenidada por utilizar furosemida aparentemente por falta de información. Wango Hogni, triatleta China que había ganado el campeonato asiático, fue suspendida antes de los Juegos Olímpicos por dar positivo a testosterona. Estos son unos de los casos del 2008 aunque cabe la posibilidad de que haya más dopados que ni siquiera dieron positivo por el desconocimiento de la sustancia, como fue el caso de la tetrahidrogestrinona cuando ciertos corredores de velocidad la usaron por ser un producto ignorado por la WADA.

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